En 1950 Rafael Magreñán, atraído por los vinos de Rioja implanta su tradición artesanal en Alfaro. Un descendiente más, Antonio Magreñán, continúa esta delicada labor dando paso a sus hijos Antonio y Mª Teresa, quienes dirigen en la actualidad esta empresa acreedora de un prestigio consolidado.

Esta Tonelería está considerada como actividad artesanal, además de su continuidad a través de cinco generaciones dentro de una misma familia.

El buen hacer y la seriedad de esta casa en el seleccionado de las "duelas" (cada una de las tablas convexas que forman el cuerpo de la barrica)

de roble en sus procedencias y el acabado de la barrica, ha creado un notable aumento de la demanda, desde las mejores zonas vinícolas como Rioja, Navarra, Cataluña, Aragón, Ribera del Duero, Burdeos, etc.

Durante este tiempo se amplió el proceso de fabricación que hace que, sin perder su carácter artesanal,

se hayan instalado mayor número de máquinas, necesarias para aumentar los volúmenes de producción y, por tanto, más mano de obra conscientemente preparada para mantener una calidad extrema.

Tonelería Magreñán comenzó con un patio de 4.500 m2 para "stock" de roble, pasando en la actualidad a una superficie de 35.000 m2.

En naves industriales e instalaciones anexas se ha pasado de 1.500 m2 a 5.000 m2. Todo esto, además de renovación constante del parque de maquinaria que supone cuantiosas inversiones, posibilita a Tonelería Magreñán la fabricación de 20.000 barricas por año, actualmente, de las cuales 7.000 barricas (toneles de 225 l) son para el mercado de exportación